martes, 22 de septiembre de 2015

VIDA DE 10





Vuelo y no siempre he volado. He pasado de ser una especie de gusano gris sin gracia alguna a convertirme en un ser alegre de lindos colores que vuela sin tener plumas.
Soy pequeña y no aspiro a lo más alto. He conseguido la altura adecuada y tengo una buena perspectiva de lo que hay encima y debajo. Soy un ser pacífico y mantengo buena relación con todos.
Soy delicada, frágil y, a la vez, fuerte, porque se elegir cuál es el momento oportuno para salir a volar y cuál para posarme.
Me muevo en silencio, sin hacer aspavientos.
Soy poderosa. Dicen que si muevo mis alas en una zona del planeta, mi movimiento ampliado puede llegar a provocar un huracán en el otro extremo.
Intento hacer más agradable y bello el mundo en el que vivo. Mi vida es breve…morí una vez gusano y…renací mariposa
¿Sabes quién eres? Eres una maravilla. En todos los años que han pasado, no ha habido nadie como tú….Tú puedes llegar a ser una Madame Curie, un Miguel Ángel, una Helen Keller, un Beethoven. Tienes capacidad para cualquier cosa. Eres una joya
Si pudieras valorar tu vida de 0 a 10, teniendo en cuenta todas las facetas, ¿Qué nota le pondrías?
Si has valorado tu vida por debajo de 10, ¿Por qué no estás en el 10? ¿Hiciste algo para llegar? ¿Te has preguntado cómo sería una vida de 10 para ti?

martes, 8 de septiembre de 2015

EL VALOR DE DAR





La abuela de un niño, le había regalado, por su cumpleaños, una gran cantidad de globos de colores llenos de helio.
 
Cuando acabo el cumpleaños, el padre del niño quiso enseñarle el valor del dar y le comentó que sabía cómo podían pasarlo genial con los globos…¡dándoselos a otras personas!
Al niño no le pareció muy buena idea, pero el padre le aseguró que lo iban a pasar genial.
Finalmente, el niño, con muchas dudas, aceptó.
Fueron a un asilo de ancianos. El niño entró llevando en la mano los hilos de los globos de helio y…comenzó a dar un globo a cada una de las personas que allí había. En ese momento, todos se pusieron a reír y a hablar entusiasmados.
Un anciano que no había tenido ninguna visita en los últimos cinco años se puso a llorar de la emoción.
Fue como si el niño hubiera accionado el interruptor y se hubiera iluminado aquel lugar.
Aquellas personas le dijeron al niño lo maravilloso que había sido acordarse de ellos. Todos querían abrazarle.
El niño disfruto tanto cada minuto aquel día, que en el camino de vuelta a casa le preguntó a su padre cuando podían repetir…
La felicidad no se halla en tener para nosotros, sino en dar y ayudar a los demás.
¿De qué te sirve ganar el mundo si pierdes tu alma?