El maestro estaba paseando cuando un hombre que le envidiaba, le lanzó, escondido desde una colina, una pesada roca. Por suerte, la roca no alcanzó al maestro, que se dio cuenta de lo sucedido y permaneció impasible, sin perder la sonrisa.
Unos días después, el
maestro se cruzó con aquel hombre y lo saludo afectuosamente. Con gran
sorpresa, el hombre le preguntó:
-
¿No estás enfadado?
-
No, claro que no.
-
¿Por qué no estás enfadado cuando he
intentado matarte?
El maestro respondió:
-
Porque ni tú eres ya el que arrojó la
roca, ni yo ya él que estaba allí cuando ésta fue arrojada.
El perdón nos libera del odio y crea nuevos espacios para que
pueda entrar el amor.
Decía Gandhi: “Si cada vez que se nos ofende buscáramos
vengarnos el mundo terminaría ciego y sin dientes”.
Cuando no somos capaces de perdonar quemamos el puente
sobre el que tenemos que pasar porque todos alguna vez necesitamos ser
perdonados.
El perdón es una acción difícil para todo ser humano, aprender y practicarlo debe ser una meta del nuevo año, para tener paz personal, familiar, laboral y comuniaria, sin duda el mundo será mejor, nuestro deber es intentarlo, gracias por tan reflexionador mensaje, saludos y feliz 2016.
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