Un burro se cayó en un pozo. El animal estuvo llorando por horas, mientras el
campesino trataba de buscaba como salvarle.
Finalmente, el
campesino pensó que como el pozo estaba seco y ya que el burro ya estaba muy
viejo, no valía la pena sacar al burro del pozo. Por tanto, decidió tapar el
pozo.
Invitó a sus vecinos
para que le ayudaran y pronto comenzaron a echar tierra al pozo.
El burro se dio cuenta
de lo que estaba pasando y comenzó a llorar. Después de un rato, se tranquilizo
y con cada palada de tierra, se sacudía la tierra y daba un paso encima de la
tierra.
Muy pronto todo el
mundo se quedó totalmente sorprendido porque el burro llegó hasta la boca del
pozo, y salió al trote…
Cuando sentimos que es imposible resolver algo es porque nos
vemos en el interior de un túnel. Es muy conveniente recordar que no es que no
exista la salida a ese túnel, sino que mientras no cambiemos nuestro estado
mental, no la veremos.
¿Cuántas veces no has hecho nada? ¿Cuántas veces has pensado
que puedes hacer tan poco que no merece la pena?
En aquellos momentos en los que nuestra capacidad para pensar
se encuentra limitada por una situación que conlleva estrés, la salida del túnel
pasa por hacer algo. El estrés nos paraliza o nos invita a huir. Por ello, es
muy importante actuar, hacer algo, aunque sea muy pequeño. De esta forma
estamos dando a nuestro cerebro un mensaje de gran impacto:
¡Yo puedo con esto!
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