Un amigo comentaba con su
novia la horrible experiencia que había tenido en el hospital:
-Imagínate cómo tenía
que sentirme para irme del quirófano justo antes de que me anestesiaran.
-Pero, ¿qué es lo que
pasó?
- Pues que el
anestesista no paraba de decir que aquella era una operación muy sencilla, que
estuviera tranquilo, que miles de personas se operaban de lo mismo y nunca
había complicaciones, que siempre había una primera vez y que vería cómo el
miedo desaparecía…
La novia le dijo:
-No lo entiendo. Es de
agradecer que el anestesista te dijera esas palabras tan reconfortantes.
-Tú no lo entiendes, no
me las decía a mí, se las decía al cirujano.
El poder del humor alivia el estrés y crea sentimientos de
felicidad.
La risa incrementa nuestro poder de concentración y aumenta
nuestro poder de concentración y aumenta nuestra capacidad para resolver
problemas.
Si buscamos el lado
gracioso, en cualquier situación, es casi seguro que lo encontraremos.
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