Dos cazadores fueron al
bosque. De repente, uno de ellos cayó fulminado al suelo.
El otro cazador
rápidamente llamó al teléfono de emergencias.
De forma desesperada le
dice a la telefonista:
-
¡Javier está muerto! ¿Qué hago?
La telefonista, con voz
pausada y tratando tranquilizar le responde:
-
Por favor, cálmese. Le voy a ayudar.
Le voy a pedir que se asegure de que está muerto.
Se escucha un silencio…y
acto seguido se escucha un disparo.
La voz del hombre
vuelve a escucharse al teléfono, y comenta:
-
Muy bien, ¿ahora que he de hacer?
Un estudio afirma que oímos la mitad de lo que se dice,
escuchamos la mitad de lo que oímos, comprendemos la mitad de ello, creemos la
mitad y recordamos la mitad de eso. ¡Qué resultado tan pobre!
Uno de los regalos más grande que se puede dar a una persona
es el regalo de la atención. He de añadir que para el que escucha también es un
gran regalo. Cuando escuchamos recibimos las perspectivas, sabiduría y respeto
de los demás.
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ResponderEliminarSaber escuchar es importante, comunicar también pero el sentido común es imprescindible... El que remató a Javier no es que no escuchara, a éste le faltaba un hervido, por lo menos...
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