Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente,
dos de ellas cayeron en un pozo muy profundo.
Las demás ranas se reunieron alrededor del pozo y les
dijeron:
-Rendíos, no tenéis ninguna posibilidad. Si pudiésemos
os ayudábamos…pero no podemos. El pozo es muy profundo. Dejadlo ya –decían al
unísono
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de
sus amigas y siguieron saltando con todas sus fuerzas mientras las otras
seguían insistiendo que sus esfuerzos serian inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que
las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era
posible.
Una vez más, la multitud de ranas le grito que dejara
de sufrir y simplemente se dispusiera a morir.
Pero la rana salto cada vez con más fuerza y,
finalmente salió del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le preguntaron:
"¿No escuchaste lo que te decíamos?"
La rana les explicó que era sorda.
- Pensé que me animabais a
esforzarme más para salir del pozo.
Lo que más le
gusta regalar a las personas son…“consejos”. Todos amamos dar consejos, incluso
cuando no nos los han solicitado.
Puedes probar
cuando estés con un grupo de amigos. Comparte una nueva aventura que quieres
comenzar y observa lo que sucede. Recibirás recomendaciones y opiniones
distintas. Seguro que todas con las mejores intenciones.
Aun así, hemos de
tener mucho cuidado porque algunas de las opiniones, no suficientemente calificadas,
pueden destrozarte tu plan de acción.
Unos minutos antes
estabas convencido de tu plan. Ahora, esté yace por los suelos porque los pronósticos
negativos que tus amigos te han comentado parece que podrían ser reales.
Es muy importante que
te asegures que los consejos que recibes son de personas con experiencia en el
campo en el cual vas a iniciar tu aventura y, a su vez, conocer qué resultados
tuvo esa experiencia.
¿Estás totalmente
seguro de la certeza y veracidad del consejo que vas a aceptar?
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