viernes, 21 de abril de 2017

CÓMO EVITAR SENTIRTE DOLIDA








A los 13 años, Laura fue enviada a un colegio interna por su padre. Su madre había fallecido en un accidente de coche unos meses antes. Del mismo accidente, su padre salió sin rasguño alguno.


Laura siempre pensó que la culpa del accidente la tenía su padre y desde aquel momento comenzó a odiarle.

25 años más tarde, mientras volvía de un viaje de trabajo en el AVE, recibió una llamada en la que le informaban que su padre estaba muy grave en el hospital. Durante los últimos años no había hablado con él.

Unos momentos después, escuchó parte de la conversación de dos mujeres que estaban a su lado…

“…para ser felices debemos perdonar y perdonarnos porque todas las personas cometemos errores todos los días”

Al llegar a destino Laura fue a visitar directamente a su padre al hospital. Estaba acostado con un montón de tubos. Por primera vez en muchos años tomo la mano de su padre. Le susurró al oído, “Papa, soy Laura, he venido a verte”. De repente, una lágrima rodó por la mejilla del padre de Laura. Ella también comenzó a llorar. Había llegado el momento de perdonar.

Al día siguiente, Laura llegó al hospital y encontró a su padre despierto. Se dieron un gran abrazo. Hablaron y hablaron. Más de lo que lo que habían hecho en los últimos 25 años. Fue entonces cuando Laura se enteró y comprendió como había sido el accidente de sus padres y por qué fue enviado a un colegio interna. Un camión había perdido el control por la existencia de hielo en la carretera y golpeo el coche de sus padres. Su madre murió en el acto. Fue un accidente. No fue culpa de nadie. Su padre nunca quiso demostrar delante de ella que estaba destrozado. En aquel tiempo, además, su padre estaba viajando permanentemente por trabajo y pensó que Laura estaría mejor atendida en un colegio interna.
La verdadera clave del perdón está en comprender y no en el paso del tiempo.
Los indios sioux tienen la siguiente oración: "Gran Espíritu, apártame de criticar a otro, mientras no haya caminado en sus mocasines durante dos semanas".
 

martes, 4 de abril de 2017

DELEGAR EN LA PERSONA IDÓNEA






En el siglo XVI, un arquitecto terminó los planos de la nueva iglesia y decidió enviar a su hijo de siete años para que se los entregara al cardenal.
El cardenal, muy satisfecho con el trabajo del arquitecto, puso ante el niño una caja repleta de monedas de oro.
-        Toma todas las monedas que puedas, niño.
-      No debería hacer esa tarea. Pienso que sería mejor que usted tome las que pueda y se las dé a mi padre.
-        ¿Piensas que no eres capaz?
  Si que soy capaz, pero creo que usted es más capaz porque tiene las manos más grandes.

lunes, 20 de marzo de 2017

CÓMO EVITAR SENTIRSE OFENDIDA




Ayer acompañé a una amiga a comprar al quiosco. Al llegar, mi amiga saludó al quiosquero. Éste respondió de forma grosera y le lanzó el periódico de mala manera.
Mi amiga, no obstante, sonrió y deseó a aquel hombre que tuviera un buen día.
Al marcharnos, yo estaba algo perplejo y pregunté a mi amiga.
-         ¿Ese hombre siempre te habla así?
-         Sí…desgraciadamente.
-         Y tú. ¿siempre te muestras con él tan amable?
-        
-         ¿Por qué eres tan amable con él cuando es tan antipático contigo?
-         Es sencillo. Porque yo decido como me he de comportar. Yo no quiero que sea él quien decida cómo me de comportar.
Cuando nos movemos en la vida en modo acción-reacción dedicamos mucho tiempo y energía a encontrar oportunidades para sentirnos ofendidos.
Te propongo que desde hoy practiques ser una persona que se niega a sentirse ofendida por nada. Cuando algo te ofenda, regálate ignorarlo porque cuando te niegas a sentirte ofendido estás diciendo “Controlo cómo me siento y elijo sentirme en paz pase lo que pase”.

sábado, 10 de septiembre de 2016

SOY TÚ


 

Llamé a la puerta de mi amada.
-         ¿Quién es? –pregunto ella.
-         Soy yo – respondí.
-         Entonces márchate. En esta casa no cabemos tú y yo.
Me fui bastante desanimado. Aun así, medite durante meses aquellas palabras de mi amada y aprendí a estar conmigo mismo y a ejercitarme en el Ser.
Al año volví a casa de mi amada. Llamé a la puerta.
-         ¿Quién es? – pregunto ella
-         Soy tú –respondí
La puerta se abrió inmediatamente.

domingo, 29 de mayo de 2016

SER UN LÍDER




Un joven le dijo a su padre que quería ser un líder y le pregunto cómo podría lograrlo.
El padre le respondió:
- “Lo primero has de ser consciente de tu conducta. Cada vez que hagas daño a alguien, clava un clavo en la cerca de nuestra casa.”
El hijo acepto el reto, empezó a tener constancia de todos sus actos y siguiendo el consejo de su padre comenzó a clavar clavos en la cerca cada vez que hacía daño, maltrataba o no respetaba a alguna persona.
Pasado un tiempo, el joven ya no clavaba clavos porque ya era muy consciente de su conducta.
Entonces, le volvió a preguntar a su padre
- ¿Ahora qué hago?
- “Por cada acto de buen servicio saca un clavo de la cerca
El hijo, nuevamente aceptó el reto y poco a poco fue sacando los clavos. Ya era consciente de su conducta y se dedicaba a ayudar a las personas. Llego el día que logró sacar todos los clavos.
Fue donde su padre, tal vez con algo de soberbia, y le comentó que ya había sacado todos los clavos, que ya era muy consciente y se dedicaba a estar al servicio de los demás…que YA ERA UN LIDER…
Acto seguido le asaltó una duda que comentó en voz alta:
- Y ahora…¿Qué vamos a hacer con todos los huecos que dejaron los clavos en la cerca?
 El padre le respondió:
- No los toques…están ahí para recordarte siempre que en tu camino de aprendizaje dejaste una huella de dolor en las personas y que gracias a su entrega, comprensión y colaboración ahora puedes ser la persona que eres.
 

jueves, 21 de abril de 2016

CREER EN TUS POSIBILIDADES




Una joven sentía pasión por la escritura. Le encantaba escribir a todo momento, versos, prosa…encontraba inspiración en todas las cosas a su alrededor y sobre ello escribía.
Un día asistió a un taller de escritura de un afamado y prestigioso dramaturgo. Llena de entusiasmo mostró algunos de sus trabajos al escritor:
-         ¿Qué le parecen? ¿Tengo talento para escribir?
El afamado y premiado escritor le contestó:
-         No. No tienes ningún talento para escribir.
La chica se fue llorando y quiso tirar sus escritos a la basura.
La joven acepto trabajos para poder sobrevivir y, en sus ratos libres, seguía escribiendo. Le seguía emocionando todo lo que escribía. Se formó, pulió su estilo y estableció una estrategia para poder publicar.
Dos años más tarde, consiguió publicar su primer libro de poemas, después de haber recorrido 96 editoriales.
Su publicación fue un éxito inesperado para casi todo el mundo.
Un año más tarde coincidió, en un evento publicitario, con el prestigioso dramaturgo que no parecía haber apreciado sus escritos.
Le saludó y le dijo:
-         Buenas tardes, usted no se acordará de mi. Yo quería ser una gran escritora y usted me comentó que no tenía talento.
El escritor respondió:
-         Eso se lo digo a todos los que me preguntan.
-         ¿Cómo que se lo dice a todos? Eso no está bien
-    ¿Sabe una cosa señorita? La experiencia me ha enseñado que al final los que triunfan son los que dan más valor a lo que ellos creen de sí mismos que a lo que otros creen de ellos.

miércoles, 30 de marzo de 2016

COMPARARSE




El rey convocó a todos los solteros del reino porque quería buscar pareja a su hija.
Todos los jóvenes asistieron, y el rey les dijo: “Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros. Dentro de seis meses deberéis traerme en una maceta la planta que haya crecido. Aquella que sea más bella ganará la mano de mi hija, y, el reino.
Cuando pasaron los seis meses, un joven que había plantado su semilla, poniendo en la tierra los mejores nutrientes, seguía esperando en vano a que brotará planta alguna.
Mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.
El joven estaba muy triste, su semilla nunca germinó. Además no quería ir al palacio. Su madre insistía en que debía ir porque él había trabajado duro. Finalmente, el joven se dio cuenta de que su madre tenía razón.
Ya en palacio, desfiló con su maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo, se rieron de él.
De repente, el rey hizo su entrada y se dedicó a observar las plantas.
Finalizada la inspección, hizo llamar a su hija. Convocó, de entre todos, al joven que llevó su maceta vacía. Todos los pretendientes se quedaron atónitos.
El rey dijo: “Este es el nuevo heredero del trono, y se casará con mi hija. Os di una semilla infértil, y habéis tratado de engañarme plantando otras plantas. Este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, realista y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener”.
¿Qué ocurre cuando te comparas con los demás? En general, dos cosas: o bien percibes que las otras personas van muy por delante de ti y te desanimas, o ves que eres mejor que los demás, y te vuelves insoportablemente orgulloso. Ninguna de las dos cosas es buena para ti porque no te ayudan a crecer.
Nuestra misión debería ser cada día mejores de lo que fuimos ayer. La única persona con la que debemos compararnos es con nosotros mismos.